La empleabilidad es, en forma simple, “el potencial de una persona para ser demandado por el mercado laboral”. El nivel de empleabilidad personal, por lo tanto, es un factor crítico en la carrera profesional de un individuo.
En el Chile de hoy, donde la tasa de desempleo casi toca el 7%, la capacidad de emplearse, o “empleabilidad”, toma creciente relevancia. El aparente estancamiento en la generación de empleos, o la baja creación de ellos, haría que las personas compitan por prácticamente los mismos, ya existentes, puestos de trabajo. En forma simultánea, nuevos profesionales entran al mercado laboral y otros tantos – aún estando empleados – buscan cambiar de trabajo. La competencia se muestra fiera y el desafío de la empleabilidad es hoy uno en la cabeza de muchos.
Conversando con un ejecutivo sobre esto, la misma pregunta se repetía en la mesa: “¿qué puede hacer uno para mejorar su empleabilidad?”. Este ejecutivo tiene un buen título profesional, habla inglés y se ha graduado hace pocos años de un programa MBA en una prestigiosa universidad de Santiago. En la conversación, me comentaba que le preocupaba su futuro profesional y que lo veía incierto. Junto a un café fuimos analizando la relevancia de las competencias blandas, la arremetida de la inteligencia artificial, la capacidad de tomar decisiones en base a data y la ventaja profesional que pueden dar los cursos de especialización o postgrados, entre muchos otros temas. Sin embargo, hubo uno que nos llamó particularmente la atención y es el de la figura del cambiante mercado laboral futuro.
Bien es sabido que los profesionales jóvenes no esperan tener un solo trabajo para toda la vida. Valoran una experiencia diversa, donde buscarán más de un empleo, en más de una empresa e idealmente en más de un país durante su vida laboral.
Pues bien, el autor de un libro muy popular por estos días postula que los ejecutivos futuros no solo no tendrán un mismo trabajo, sino que se enfrentarán a no tener “una misma profesión toda la vida” … Los invito a reflexionar en este punto: el mercado laboral futuro muy posiblemente nos enfrentará a tener más de una profesión a lo largo de la vida. Con las organizaciones viviendo hoy un promedio estimado de 15 años y la inteligencia artificial actuando con fuerza en todos los campos, no parece un disparate.
Volvemos a la pregunta ¿Cómo se puede fortalecer la empleabilidad individual en este escenario?
Estamos en un momento en extremo desafiante para el mundo ejecutivo, donde la escena laboral exige renovarse y adaptarse. En efecto, el elemento que definirá con mayor fuerza la capacidad de avanzar en el campo profesional futuro será la capacidad de aprender del individuo, habilidad que nace en su voluntad de seguir formándose. Ahí estará la ventaja de un ejecutivo sobre otros. La curiosidad por aprender y la capacidad para hacerlo serán las habilidades indispensables en el éxito profesional. La máxima es simple, “la empleabilidad no dependerá de lo que se sabe sino de lo que se aprenderá”. En el mundo ejecutivo anglosajón este término se conoce como learnability, concepto que deberá transformarse en uno crítico en la elección de los ejecutivos.